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La vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia

Este blog es una vía de escape, un estímulo vital de unos padres que recibieron un machetazo en el abdomen cuando, con apenas 15 meses de edad, le dijeron que su hija tenía un Trastorno de Espectro Autista. 

El camino es largo y sobre todo repleto de incertidumbre pues es imposible predecir cuál será la evolución de Diana o qué grado de independencia tendrá. Sin embargo, con el tiempo como maestro, uno aprende a ver las cosas positivas de cada asunto, o al menos eso creo. Con poco más de 2 años, y con la oreja repleta de "es muy pequeña aún" o "es demasiado lista para ser autista" uno no deja de anhelar la presencia de una bola de cristal que me enseñe cómo será Diana con 4, 12 o 35 años. Siempre te quedas resguardado y cabizbajo, soñando tras la ventana a que pase de una vez la tormenta. 

Pero ocurre que la tormenta no es de un día ni siquiera un mes. La tormenta pasará cuando tenga que pasar. Y mientras tanto, hay que aprender a disfrutar de la sonrisa de esta pequeña ladronzuela de corazones, coger su mano minúscula y, al compás de cualquier melodía, bailar con ella bajo el amparo de la lluvia.